El alcoholismo es una enfermedad crónica y, por lo general, progresiva. Incluye la dificultad para controlar el consumo de alcohol, la obsesión por el alcohol, la dependencia física y la negación.
Los síntomas incluyen cinco o más tragos diarios en los hombres o cuatro en las mujeres; comienza con un trago por día y un sentimiento de culpa.
Los tratamientos incluyen desintoxicación, asesoramiento y medicamentos.