Beber demasiada agua (hiperhidratación) puede disminuir el sodio en la sangre a niveles peligrosamente bajos, y causar problemas de leves a potencialmente fatales. Las personas que participan de actividades de resistencia, como una maratón o un triatlón corren más riesgos.
Los síntomas son desorientación, náuseas y vómitos. Los casos graves pueden provocar convulsiones, coma y la muerte.
Los tratamientos implican la restricción de líquidos, la administración por vía intravenosa de líquidos ricos en sodio y el consumo de medicamentos.