La complicación más frecuente del herpes zóster, que provoca escozor en los nervios y la piel mucho después de que se curan el sarpullido y las ampollas del herpes zóster.
La neuralgia posherpética se produce si las fibras nerviosas se dañan durante un brote de herpes zóster. Los factores de riesgo de la neuralgia posherpética son tener más de 60 años, contraer herpes zóster en la cara o el torso, no recibir tratamiento para el herpes zóster en las 72 horas siguientes a la aparición del sarpullido y no vacunarse contra el herpes zóster.
Los síntomas de la neuralgia posherpética suelen limitarse a la zona de la piel en la que apareció por primera vez el brote de herpes zóster. Pueden incluir dolor que persiste durante meses, no soportar que ningún elemento toque la zona donde estaba el sarpullido y picazón o pérdida de sensibilidad en esa zona.
La neuralgia posherpética no tiene cura, pero suele mejorar con el tiempo. Existen varios tratamientos que pueden aliviar el dolor. Por ejemplo, medicamentos en forma de parches cutáneos, pastillas o inyecciones.