Algunos desencadenantes comunes son la tensión, el estrés, permanecer de pie durante largos períodos, la exposición al calor o el lugar de la sangre.
Los síntomas incluyen palidez, náuseas, sudoración, latido acelerado y posibles desmayos.
Los tratamientos incluyen evitar los desencadenantes, medicamentos o un marcapasos.