El síndrome de rubéola congénita ocurre cuando el virus de la rubéola en la madre afecta al bebé en desarrollo, normalmente en los tres primeros meses de embarazo. Desde la adopción de la vacuna contra la rubéola, los casos han descendido drásticamente.
Los síntomas incluyen una apariencia turbia o blanca en los ojos, sordera, anomalías cardíacas y retraso del desarrollo.
El tratamiento varía según los síntomas del bebé.